Fortuna novela
Fortuna Novella nació en Carloforte, en la isla de San Pietro, en el suroeste de Cerdeña, el 25 de septiembre de 1880. Su familia de propietarios de barcos para la pesca de coral procedía de Santa Margherita Ligure. Se había casado en Mahón el 8 de mayo de 1902 con un rico comerciante español, Antonio Riudavetz y era la única italiana residente en la isla cuando llegaron los barcos con los náufragos de Roma. Vivía en una gran casa con vistas al mar en la Plaza del Retiro en el número 31, aún después de la muerte de su marido unos años antes de 1943.
En la mañana del 10 de septiembre de 1943, la noticia de la llegada a puerto de cuatro buques de guerra italianos, cargados de náufragos, desnudos, heridos y muertos, se propagó de inmediato entre los habitantes de Mahón, sobre todo porque, como nos cuentan hoy de nuevo los viejos :"Todo el Puerto olia a carne quemada", hubo un olor a carne quemada en todo el puerto, que se prolongó durante varios días.
Al darse cuenta de la situación en la que se encontraban sus compatriotas, se dirigió de inmediato al puerto donde, como vicecónsul honorario de Italia, inmediatamente tomó medidas para brindar asistencia en todas las formas posibles. Haciendo uso de sus conocimientos hizo todo lo posible para conseguir todo tipo de ayuda, poniendo también a disposición sus recursos personales para aliviar el sufrimiento de aquellos pobres jóvenes marineros, la mitad de los cuales sufrieron horribles quemaduras. De los 620 supervivientes de Roma, que llegaron a Mahón, 284 necesitaron atención médica y fueron trasladados al Hospital de Isola del Rey, en el centro del puerto. Los demás fueron colocados muy sumariamente, sin ni siquiera un lecho de paja, en un cobertizo de la Base Naval de la Armada Española, mientras que los cuatro barcos de sus salvadores que los habían traído a Mahón, permanecieron internados en el puerto, prácticamente embargados durante dieciséis largos y agonizantes meses. En total, entre rescatados y rescatistas, llegaron a Oporto unos 1800 italianos que para la señora Fortuna, viuda de 63 años y sin hijos, se convirtieron en sus hijos. Desde entonces su casa ha estado constantemente abierta para esos jóvenes y para todos ellos Fortuna Novella se había convertido en Mamma Mahón. Tras el regreso de los barcos con sus muchachos a Italia, el Fortuna Novella nunca olvidará a aquellos 26 soldados caídos del acorazado Roma que descansan en el cementerio de Mahón. Él lo cuidará sin que falte nunca una flor y una oración. En 1950 la Marina italiana levantará un Mausoleo para honrar a los caídos y con ellos a todos los que descansan en las profundidades del mar de Cerdeña en ese sarcófago de acero que es el naufragio de Roma. El monumento de mármol es obra del escultor italiano Armando D'Abrusco y "Mamma Mahón" participa con otros voluntarios de Mahón, en la recomposición de los restos de los caídos en las nuevas tumbas de mármol.
El 29 de septiembre de 1950, en la inauguración del monumento, todos los oficiales que acudieron desde Italia para la ocasión vieron en quel_cc781905-5cde-3194-bb3b5_0536bad_cola- 1586bad_cola pic -5cde-3194-bb3b-136bad5cf58d_ donna forward a lo largo de los años, de los cuales se ha escuchado mucha figura moral en la Patria. El almirante Ferrante Capponi lo confirma públicamente al decir: “Hay una persona en Mahón a la que le debemos mucho agradecimiento, la señora Fortuna Novella. En el pasado ha realizado una preciosa labor de asistencia a nuestras tripulaciones y aún demuestra a los caídos que aquí están enterrados un cuidado piadoso y amoroso del que sólo es capaz un alma noble y generosa, movida por el amor a la patria y la caridad cristiana” . El 20 de septiembre de 1952 fue invitado como huésped de la Armada italiana y fue recibido con todos los honores. Será recibido también en audiencia privada por el Papa Pío XII. El 30 de julio de 1953 fue convocada a Roma para recibir la Estrella de la Solidaridad Italiana de primera clase de manos del Presidente de la República Luigi Einaudi.
Los marineros dijeron de ella:
… No tenía nada destacable aparte del azul intenso de sus ojos, pero emanaba algo que iba mucho más allá de su figura pequeña y frágil, algo sincero. ¡Como el olor genuino del aire del hogar, lo que suele rodear a una madre!
La atención y el cuidado mostrado por aquellos jóvenes caídos perdurarán de manera constante durante el resto de su vida que terminará en Mahón el 26 de junio de 1970 a la edad de 89 años, en aquella casa de la plaza del Retiro donde los náufragos de la Roma se habían confortado. y ayudar. El 25 de abril de 2001, en Carloforte, la Municipalidad y la Capitanía Marítima rindieron un último homenaje a Fortuna Novella. Acto solemne para dar su nombre a un nuevo muelle del Puerto: la “Calata Fortuna Novella, Mamma Mahón”.
La aventura que vivió doña Fortuna Novella en aquellos trágicos momentos de la guerra, su actuación y su compromiso, espontáneo y extraordinariamente generoso, le dieron derecho a pertenecer al reducido grupo de ilustres italianos de Menorca y como tal orgullosos de ser sus compatriotas.