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5 DE SEPTIEMBRE -

El general Castellano envió el 5 de septiembre al general Ambrosio, a través del mayor Marchesi, los documentos recibidos el día 3, así como los acuerdos alcanzados con los aliados sobre los procedimientos a respetar para la declaración oficial del armisticio. En la carta adjunta escribió:

  “por mucho que hice todo lo posible para hacerlo, no pude tener ninguna información sobre el lugar de aterrizaje preciso. No puedo decir nada preciso sobre la fecha pero por información confidencial asumo que el desembarco se realizará entre el 10 y el 15 de septiembre, quizás el día 12”.

A pedido del General Ambrosio, el Mayor Marchesi confirmó que él también creía que la fecha presumible para la declaración del Armisticio podría ser alrededor de las 12. Sin embargo, señaló que, al respecto, no habían obtenido información al respecto. Por lo tanto, la fecha del 12 era puramente hipotética.

Sin embargo, el general Ambrosio creía que la fecha del presunto anuncio del armisticio era el 12, por lo que todas las medidas y actos para hacer frente al armisticio, tanto en lo que se refiere a acuerdos con los Aliados como para reaccionar ante eventuales reacciones alemanas, se fijaron como si debían ser implementados para esa fecha.

En la tarde del día 5, los principales documentos fueron inmediatamente traducidos, entregados al general Ambrosio y enviados al mariscal Badoglio.

Por la tarde, el General Ambrosio convocó a los tres Ministros de las Fuerzas Armadas:

  •  Sorice,

  • de Courten y

  •  Sandalli,

informarles genéricamente de la situación y dejar claro que los documentos recibidos eran los que se estaban examinando para llegar a la firma del armisticio.

Entre otras cosas, destacó:

  "que las condiciones del armisticio parecían duras pero que en el Documento Adicional de Quebec se mitigaba esta dureza en relación con nuestra futura competencia contra los alemanes, y que por lo tanto era nuestro deber trabajar lealmente en el dirección buscada por el Gobierno”.

Además, el Almirante de Courten informó en su Informe del 12 de febrero de 1944 que:

  "me pidió una lancha torpedera para llevar a un grupo de oficiales italianos de Gaeta a Ustica donde, en la madrugada del día 7, se encontraría una lancha torpedera inglesa, que habría retirado a los italianos oficiales para llevarlos a Palermo y entregó a dos altos oficiales angloamericanos, que debían ser transportados a Gaeta y luego a Roma.

El Jefe del Estado Mayor, confirmando y aclarando un pedido realizado en la mañana por el Subjefe del Estado Mayor al Subjefe del Estado Mayor de la Armada, solicitó también, para integrar al mencionado grupo, a un oficial naval de alto rango, quien conocía bien la situación operativa y la ubicación y eficiencia de las unidades de la Royal Navy.

Nombré para la misión al capitán del buque Giuriati, del Departamento de Operaciones de Supermarina, y propuse la solución de enviar una corbeta en lugar de un torpedero, por razones de autonomía y resistencia al mar.

En esa ocasión, el Jefe del Estado Mayor General me mencionó que el envío de esta misión estaba en correlación con la conclusión de un armisticio, cuya notificación estaba prevista para uno de los días entre el 10 y el 15 de septiembre, muy probablemente el 12. o el día 13 me informó además que,según toda probabilidad, la Flota (el grueso de la cual estaba concentrada en La Spezia) debería haberse trasladado a La Maddalena, donde era posible que el Soberano quisiera ir con la Familia Real y una parte del Gobierno. "

6 DE SEPTIEMBRE -

Entre la tarde del día 5 y la mañana del 6 de septiembre se cumplió la misión de la corbeta Ibis: salida de Gaeta a las 20.00 horas del día 6, llegada a Ustica en la madrugada del día 7, regreso a Gaeta la tarde del día 7, después del anochecer.

Para que la misión se llevara a cabo de forma verdaderamente secreta, no se dio orden escrita de la misma, pero sí se instruyó verbalmente al Contralmirante Maugeri, Jefe del Departamento de Información del Estado Mayor General, para que la realizara. La misión se llevó a cabo con regularidad y la corbeta, tan pronto como los dos oficiales angloamericanos desembarcaron en Gaeta, fue enviada al puerto desierto de Porto Conte, en Cerdeña, con la orden de permanecer en estricta cuarentena hasta nuevo aviso.

El Almirante de Courten después de esta entrevista consideró correcto examinar la situación con el Almirante Luigi Sansonetti, Subjefe de Estado Mayor de la Marina, considerándolo necesario:

“Para informarle, aunque sea de forma genérica, de la intención del Gobierno de negociar un armisticio y de mis impresiones.

También se examinaron las posibilidades de una concentración de la Flota en La Maddalena, donde el espacio y los amarres disponibles hicieron necesarios arreglos especiales para permitir el alojamiento seguro de un gran número de unidades navales. Tomamos muy en cuenta la situación derivada, por un lado, de la eventualidad de un armisticio, del cual, además, ni las perspectivas de conclusión efectiva, ni el carácter de las cláusulas, ni la fecha de entrada en vigor, y por el de otro lado por la posible inminencia de un nuevo ataque enemigo, esta vez dirigido contra el corazón del territorio nacional. Estuvimos de acuerdo en que, considerados todos, los preparativos para contrarrestar la previsible ofensiva angloamericana no deberían sufrir ninguna interrupción”.

El Almirante de Courten después de esta entrevista consideró correcto examinar la situación con el Almirante Luigi Sansonetti, Subjefe de Estado Mayor de la Marina, considerándolo necesario:

"informarle, aunque de forma genérica, de la intención del Gobierno de negociar un armisticio y de mis impresiones.

También se examinaron las posibilidades de una concentración de la Flota en La Maddalena, donde el espacio y los amarres disponibles requerían arreglos especiales para permitir el alojamiento seguro de un gran número de unidades navales. Tomamos muy en cuenta la situación derivada, por un lado, de la eventualidad de un armisticio, del cual, además, ni las perspectivas de conclusión efectiva, ni la naturaleza de las cláusulas, ni la fecha de entrada en vigor, y por el de otro lado por la posible inminencia de un nuevo ataque enemigo, esta vez dirigido contra el corazón del territorio nacional. Estuvimos de acuerdo en que, considerados todos, los preparativos para contrarrestar la previsible ofensiva angloamericana no deberían sufrir ninguna interrupción”.

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